Roman Polanski sube el telón de 'Un Dios salvaje'. Durante los créditos y entre dos árboles que parecen enmarcar un escenario sucede la acción y la causa de una discusión entre los padres de los afectados que pondrá en duda la capacidad de razonar del ser humano. Buen plano.
'Un Dios salvaje' es una curiosa propuesta por dos motivos: apostar por una única localización y por su corta duración (79 minutos). Tras una pelea entre sus hijos, los respectivos padres se reúnen para hablar civilizadamente sobre lo acontecido. La intención de ambos matrimonios es arreglar las cosas de una manera adulta. Al principio todo es cordial, educado... y falso. Pronto los perros empezarán a ladrar y poco a poco la "fachada" de cada uno empezará a derrumbarse dejando en evidencia el verdadero carácter de cada personaje. Por un lado tenemos a un matrimonio de clase media (Foster y C.Reilly), y por el otro, a uno de clase media-alta (Waltz y Winslet). Los padres de el "agredido" y el "agresor", respectivamente.
Dos no discuten si uno no quiere (en este caso cuatro). La aparente cordialidad entre los protagonistas se esfuma a las primeras de cambio; ninguno está dispuesto a ceder, ni están dispuestos a que unos desconocidos pongan en duda su labor como padres o la dignidad de sus "ejemplares" hijos. Caprichosos, falsos, arrogantes... Todos fingen ser personas civilizadas, razonables y éticas. Según va avanzando el metraje, vamos viendo que no son más que críos caprichosos que solo quieren llevar la razón. Unos adultos que lloran cuando les rompen "sus juguetes" (libros, bolsos, móviles, colonias...). Cuatro adultos que intentan dar lecciones, cuando en realidad son ellos los que necesitan recibir una. La disputa demostrará que son personas infelices que viven reprimidas y atadas, sea a la incapaz de llevar un proyecto adelante, sea a sus madres o a sus trabajos.
No es una lucha de dos contra dos, es una lucha individual entre los cuatro, en la que cada uno se acerca a a quién más le conviene dependiendo del momento en el que se encuentre la discusión. Por ese motivo podemos ver en alguna ocasión a Kate Winslet y a Jodie Foster uniéndose contra Christopher Waltz y John C. Reilly. Cada personaje se moverá por el pequeño salón según lo que le convenga. Todo deja en evidencia que lo correcto siempre es lo que uno cree y no lo que los demás opinen. Todos son orgullosos y cabezotas.
'Un Dios salvaje' es la adaptación de la obra teatral escrita por Yasmina Reza. Un texto rápido, lleno de malicia y sarcasmo. Polanski utiliza bien los elementos del limitado espacio en el que sucede la escena e intenta realizar una obra de teatro de una forma lo más cinematográfica posible.
Los planos encuadran y dividen a los personajes de manera impecable, aunque mientras veía la película tenía la sensación de que eran demasiado cortos y que algún plano más largo hubiese favorecido a la acción y a la labor de los actores. Pero lo dicho, duración aparte, en la forma, geniales y llenos de significado.
Puertas, cuadros, paredes, mobiliario... todo los elementos separan a los personajes. Los padres durante su "civilizada" conversación se comportan como animales incapaces de razonar y de tener un mínimo sentido de la moral. Para demostrar esa "selva" en la que escenifican su teatro tenemos elementos naturales como los tulipanes y las plantas, y el ligero desorden que hay en la casa.
En la naturaleza del ser humano está la cabezonería, el creer siempre que es quién lleva la razón y no ceder ante desconocidos. La dignidad y el orgullo es lo primero. Ninguno está dispuesto a recibir lecciones.
Hay otro elemento recurrente durante toda la película: el espejo. Este se convierte en el objeto perfecto para mostrar la dualidad y falsedad de los personajes. La cordialidad que reflejan al comienzo sólo es una ilusión que no tardará en desaparecer dando rienda suelta a la rabia contenida (rabia que contiene de forma magnífica Christoph Waltz).
La película tiene un gran reparto que se maneja a sus anchas en el limitado escenario. La película dura poco, pero el comienzo me ha parecido lento, le cuesta arrancar. Es cierto que la tensión entre las parejas y el ritmo va aumentando hasta llegar al clímax "sin final". En general me ha parecido interesante (sin llegar a entusiasmarme), está bien realizada y Polanski saca mucho partido a las limitaciones del espacio. Pero, en mi opinión, a la historia le falta algo, fuerza quizá.
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