‘La escafandra y la mariposa’ (2007) – Imaginación, recuerdos y el plano subjetivo

‘La escafandra y la mariposa’ es una película francesa dirigida por Julian Schnabel y que está basada en hechos reales. La película cuenta la trágica historia de Jean Dominique Bauby, antiguo redactor jefe de la revista ‘Elle’. Tras sufrir un infarto cerebro-vascular, Jean Dominique quedó paralizado de pies a cabeza. Pero, el hecho de no poder moverse o hablar no le impide comunicarse. Jean-Do solamente puede mover el ojo izquierdo, por lo que para poder comunicarse utilizará un sistema basado en el parpadeo. Por ejemplo, un parpadeo es sí, dos no.  ‘La escafandra y la mariposa’ muestra una historia de superación personal, de cómo una persona paralizada realiza un viaje por sus recuerdos y decide plasmarlos en un libro.

Como le indican los médicos, Jean Dominique padece el “síndrome de cautiverio”, no puede moverse pero es consciente de todo lo que pasa a su alrededor. Es como si viviese metido en una pesada escafandra que lo paraliza. Pero eso no le impedirá “viajar”:

 “Si dejo de lado el ojo, dos cosas no están paralizadas: mi imaginación y mi memoria. Son las únicas dos salidas para escapar de mi escafandra”.

La vida personal de Jean Dominique, interpretado notablemente por Mathieu Amalric, parecía exitosa: padre de tres hijos, una vida profesional admirable… Su vida cambió de un día para otro. Ahora, paralizado en una cama de hospital, ya no tiene tiempo para solucionar los problemas del pasado, ni de sentirse culpable de los errores cometidos. Opta por aferrarse a lo único que le queda, a su imaginación, y decide no compadecerse de sí mismo, deja de lamentarse. Decide deshacerse de la escafandra.

“Ahora tengo la impresión de que mi vida ha sido una serie de pequeños fracasos. Las mujeres que no supe amar, las oportunidades que no supe atrapar, los instantes de felicidad que dejé pasar… Sabía el resultado de la carrera, pero era incapaz de apostar por el ganador. Estaba ciego y sordo, o ¿era necesario la luz de la desgracia para enseñarme mi auténtica naturaleza?”.

La parte más “arriesgada” de esta historia, y la que hace de ella una película destacable es el punto de vista que escoge el director, y como lo refleja durante la película. En ‘La escafandra y la mariposa’ el tipo de plano que destaca por encima de todos es el plano subjetivo acompañado de la voz en off del protagonista. Mediante el buen trabajo de edición, y desde la perspectiva subjetiva nos ponemos en la piel del protagonista desde el primer instante. Nos ponemos la escafandra y observamos como los demás lo observan. Perdemos la atención, nos reímos, nos distraemos, parpadeamos con él; podemos predecir sus respuestas… Y se nos nubla el “foco”, digo la vista, cuando una lágrima está  a punto de caer. Como espectadores nos metemos en la piel de Jean Dominique, y nos sentiremos observados. En algún momento la situación puede resultar agobiante o incomoda, pero vivimos su rutina con él (por lo que puede resultar algo repetitivo).

Por lo general, ‘La escafandra y la mariposa’ me ha parecido una buena historia, interesante y humana. Con un buen montaje e interpretaciones de los actores. Una grata sorpresa. Recomendable.