Un día conocerá a Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un intelectual y codicioso hombre, y la vida de Freddie cambiará. Dodd es el fundador de "La Causa", y mediante sus métodos intentará ayudar a Freddie, para ello se convertirá en su mentor.
Hay películas que tras verlas sé por qué me han gustado, otras en las que no. 'The Master' es una de las últimas. El último trabajo de Paul Thomas Anderson es complejo, ambiguo e hipnótico a la vez. No dejará indiferente a nadie. Eso sí, pese a el extraño magnetismo de sus imágenes, tengo que decir que me ha decepcionado un poco, ya que no he llegado a conectar del todo con la historia. La siguiente crítica contiene spoilers.
'The Master' es un retrato de una sociedad que está perdida tras la guerra, esa sociedad está representada o reflejada en el personaje de Freddie. Lancaster Dodd, un hombre muy ambicioso, aprovechará el dolor del pueblo y los traumas creados tras la guerra para dar a conocer sus ideas. Con una sociedad en busca de un rumbo, es el momento perfecto para impulsar una nueva "religión" y captar adeptos que buscan respuestas. Además, Freddie se convertirá en el perfecto "conejillo de indias" con el que poner en práctica sus teorías. Dodd le ofrece a Freddie la posibilidad de hacer desaparecer su dolor mediante la metodología de "La Causa".
Dodd llevará el trauma y la locura de Freddie al extremo para así borrar la parte "animal" e impulsiva del carácter del ex marine. Dodd está convencido de que cada persona es un mismo espíritu que se va trasladando de cuerpo en cuerpo durante la eternidad, y que por ese motivo, el origen de sus traumas o enfermedades se encuentra en aquellos hechos sucedidos en vidas pasadas.
Freddie es una persona inestable que necesita un guía, un sumiso que parece necesitar recibir órdenes para salir adelante y sentirse cómodo y libre. Dodd, con sus métodos, anula al impulsivo Freddie y lo maneja a su antojo. Freddie es el "dragón" que Dodd desea domar, un perro que sacar a pasear.
Lancaster Dodd está dispuesto a curar la sociedad, es una persona que tiene que "vender" su milímetrado discurso sin crear ninguna duda. Si alguien se osa a criticar su procedimiento o sus teorías, Dodd responderá con rabia. No acepta críticas, no hay lugar para posibles dudas. Freddie y Dodd son personajes complejos, ambiguos y oscuros, por eso en más de una ocasión chocarán.
Pregunta, ¿es Lancaster Dodd el verdadero artífice del éxito de "La Causa", o no es más que una marioneta controlada por su mujer?
La mujer de Lancaster, Peggy Dodd (Amy Adams), siempre se mantiene en un segundo plano, observando los movimientos de su marido, calculando y vigilando que no se salga del esquema fijado. Detrás de su aparente inocencia, se esconde una mujer fría, e incluso, algo perversa. Una mujer que no tiembla a la hora de manejar tanto a su marido como a Freddie.
'The Master', en busca de un rumbo
Los personajes de 'The Master' no parecen evolucionar demasiado. El único momento en el que Freddie parece hacer frente a su "maestro" es cuando huye subido a una moto en busca de Doris, la única persona a la que ha amado. Aunque lo que se encuentra al final del viaje, no es lo que esperaba.
Al igual que los personajes no parecen evolucionar demasiado, tampoco parece hacerlo la narración, que en ocasiones puede resultar lenta. Parece no haber un objetivo que lograr, no sabemos qué es lo que realmente quieren conseguir los personajes. Dudan y dudamos con ellos. Nos hemos hipnotizado junto a Freddie, pero también nos hemos perdido con él. Freddie vive en un constante estado de "ensoñación" en el que la realidad y los deseos del personaje se mezclan; y en el que con cada parpadeo su enajenación empeora (véase la escena en la que cada vez ve más mujeres desnudas mientras Lancaster Dodd canta).
El hipnotismo de la película reside en la espectacular fotografía y en las interpretaciones del dúo protagonista. Tanto Joaquin Phoenix como Philip Seymour Hoffman brillan en sus papeles. Me ha gustado especialmente la interpretación del impredecible Joaquín Phoenix, su trabajo aterra, inquieta... Débil, encorvado, perdido, nervioso, traumatizado, alcohólico... Se castiga físicamente cuando no hace bien las cosas. Un hombre perdido, un desecho de la sociedad de la posguerra que encuentra ayuda donde menos se lo espera, y que la acepta de buena gana, sin llegar a entender del todo por qué. Philip Seymour Hoffman lo borda en el papel de Lancaster Dodd, un hombre que lo ambiciona todo y que no acepta que nadie cuestione su mensaje.
Por otra lado, Paul Thomas Anderson parece aplicar los métodos basados en la repetición a la forma de la película. Por ejemplo, Dodd le repite a Freddie unas cinco veces cada pregunta hasta conseguir la respuesta que quiere escuchar. Ese método lo volvemos a apreciar cuando vemos a Freddie andar desde la ventana a la pared y desde la pared a la ventana constantemente, en una secuencia que resulta un poco larga.
Freddie parece haber entrado en un bucle del que no le dejan salir, y del que él tampoco es capaz de salir. Algo parecido creo que le pasa a la narración, que parece avanzar en círculo, sin evolucionar demasiado. Los planos están muy cuidados, formalmente es impecable es muchos aspectos, es con el contenido con el que no he llegado a "conectar". Joaquín Phoenix y Philip Seymour Hoffman son los pilares sobre los que se sostiene esta especie de laberinto emocional que nos propone Paul Thomas Anderson. Una historia que navega entre lo onírico y lo real, y que en ocasiones parece haber perdido el rumbo.
El uso de la banda sonora refleja el caos en el que está sumergido Freddie. Compuesta por Jonny Greenwood me ha parecido una buena banda sonora. Las bases jazzísticas en ocasiones se mezclan con ruidos distorsionados creando una atmósfera perfecta en los momentos de más tensión entre alumno y mentor.
Una película completa, que se sostiene gracias a las magnificas interpretaciones del dúo protagonista, pero que "falla" a la hora de desarrollar la historia. No es un plato a gusto de todos, pero merece la pena verla.
No creo que esta excepcional película sea nada de lo que dicen o, en todo caso, tal vez sí sea todo eso junto y algo más. Pero ese algo más es justamente lo que la distingue como uno de los mejores films de la década sino más. Es que en realidad la trama central, profunda e inescindible es que se trata de la intrincada relación entre un psicópata y un psicótico, excepcionalmente actuada por dos de los actores más importantes de los últimos tiempos.
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