Anoche soñé que volvía a Manderley
"Anoche soñé que volvía a Manderley..." con esa conocida frase comienza 'Rebeca', la primera primera película estadounidense de Alfred Hitchcock. Al maestro del suspense no le convenció demasiado la historia de la película ya que según él, carecía del sentido de humor que se aprecia en otras de sus producciones y además consideraba que la película era "una película de época". Puede que a Hitchcock no le gustase demasiado el resultado final de la película, pero es una película que ha soportado bien el paso del tiempo.
'Rebeca' es un drama psicológico con intriga y que trata temas como el peso del pasado y los recuerdos. Una película con una atmósfera inquietante que se disfruta de princpio a fin.
La película comienza en Montecarlo, durante unas vacaciones. Una joven humilde (Joan Fontaine), de la cual desconocemos su nombre, trabaja como dama de compañía de la señora Van Hooper. La joven es inocente, insegura y algo torpe. Un día, al borde de un acantilado, se encuentra con el señor De Winter (Laurence Olivier). Maxim De Winter es un aristócrata inglés que ha quedado viudo recientemente. Pese a la diferencia de edad y de clase social, ella es la cenicienta que acaba de encontrar a su principe azul y está dispuesta a vivir su cuento de hadas. La joven pasa a ser la nueva señora De Winter. La pareja se instala en Manderley; la enorme, barroca y algo terrorífica mansión del señor De Winter. La mansión es un personaje más de la historia.
Esa magia, ese idílio inicial, empieza a desvanecerse en el momento en el que se acomodan en Manderley. El recuerdo de Rebeca, la difunta esposa del señor De Winter, siempre está presente. Como actual señora De Winter, la joven se siente presionada y tiene miedo de no estar a la altura o de no cumplir con las expectativas. La situación le supera psicológicamente ya que, de cierto modo, tiene que luchar contra el fantasma de Rebeca, contra un recuerdo. Y no será una lucha fácil.
Los recuerdos tienen bastante importancia en el desarrollo de la historia. Por una lado, el personaje interpretado por Joan Fontaine piensa que los recuerdos son algo positivo, algo que merece la pena guardar. Maxim, en cambio, piensa que los recuerdos también pueden ocultar demonios y que pueden condicionar el presente. Para Maxis, los recuerdos son una carga díficil de quitarse de encima. Y así nos lo muestra Alfred Hitchcock.
Durante la película, los recuerdos felices los vemos reflejados en proyecciones en el salón de Manderley: las imágenes de la luna de miel de la pareja en la que todo es luz y felicidad, en la pantalla. En el salón, todo está oscuro. La oscuridad predomina frente a la luz, frente a la felicidad. Manderley y el recuerdo de Rebeca se interponen entre ellos.
El mar, el viento, las sombras... Hitchcock crea una atmósfera perfecta. Como espectadores, tenemos siempre la sensación de que Rebeca está presente, aunque no físicamente. Hitchcock convierte a la mansión en un personaje más, que parece tener vida propia y que condiciona el carácter de los protagonistas.
Para crear esa sensación inquietante hay un personaje que es fundamental: la señora Denvers (Judith Anderson), el ama de llaves de Manderley. Denvers aparece y desaparece sin avisar, es sigilosa, tiene un rostro apático u casi no parpadea. Además, rara vez la vemos caminar. Denvers es una mujer que adoraba y que quería a Rebeca. La señora Denvers es parte del hogar y es quién se encarga de que el recuerdo de Rebeca siga vivo. Siempre está observando. Un personaje, aterrador.
En 'Rebeca' se tratan varios temas comunes en las películas de Hitchcock: el sentimiento de culpa o el lado siniestro de la belleza. ¿Se siente realmente culpable el señor De Winter por lo sucedido?¿Era Rebeca la mujer más bella y perfecta? Además, la mansión resulta ser más tenebrosa que acogedora.
Uno de los conflictos más importantes que se dan en la película tiene relación con la identidad del personaje de Joan Fontaine. Ya de inicio, es un personaje sin nombre. No sabemos mucho sobre ella. Se esfuerza en cambiar, dejando atrás a la chica que enamoró a Maxim con su naturalidad para convertirse en aquella mujer perfecta de la que se supone que Maxim sigue enamorado. El momento combre de su búsqueda de identidad está relacionado con un vestido.
Con la intención de complacer a su marido, la joven acepta inocentemente los consejos de la señora Denvers y se viste, sin saberlo, con un traje que ya había vestido Rebeca. Lo que iba a ser una bonita sorpresa, sólo genera rechazo en su marido. Para definir su identidad, tiene que imponerse y decir alto y claro que ella es la señora De Winter.
'Rebeca' es una especie de cuento; un drama romántico que te atrapa y que aunque parece que deja alguna cuestión sin resolver, hace que el espectador se implique en la historia de igual manera. La película está llena de giros argumentales y cada cual más sorprendente que el anterior.
Los actores realizan un buen trabajo, especialmente Joan Fontaine que empieza siendo el reflejo de la dulzura y naturalidad para terminar agobiada, presionada y conteniendo su ira (eso sí, encontrando su sitio).
'Rebeca' es una película que me encanta por la tensión e intriga que se mantiene durante toda su historia.
El recuerdo de Rebeca
Durante la película, los recuerdos felices los vemos reflejados en proyecciones en el salón de Manderley: las imágenes de la luna de miel de la pareja en la que todo es luz y felicidad, en la pantalla. En el salón, todo está oscuro. La oscuridad predomina frente a la luz, frente a la felicidad. Manderley y el recuerdo de Rebeca se interponen entre ellos.
El mar, el viento, las sombras... Hitchcock crea una atmósfera perfecta. Como espectadores, tenemos siempre la sensación de que Rebeca está presente, aunque no físicamente. Hitchcock convierte a la mansión en un personaje más, que parece tener vida propia y que condiciona el carácter de los protagonistas.
La señora Denvers, el ama de llaves de Manderley
Para crear esa sensación inquietante hay un personaje que es fundamental: la señora Denvers (Judith Anderson), el ama de llaves de Manderley. Denvers aparece y desaparece sin avisar, es sigilosa, tiene un rostro apático u casi no parpadea. Además, rara vez la vemos caminar. Denvers es una mujer que adoraba y que quería a Rebeca. La señora Denvers es parte del hogar y es quién se encarga de que el recuerdo de Rebeca siga vivo. Siempre está observando. Un personaje, aterrador.
En 'Rebeca' se tratan varios temas comunes en las películas de Hitchcock: el sentimiento de culpa o el lado siniestro de la belleza. ¿Se siente realmente culpable el señor De Winter por lo sucedido?¿Era Rebeca la mujer más bella y perfecta? Además, la mansión resulta ser más tenebrosa que acogedora.
La identidad del personaje sin nombre
Uno de los conflictos más importantes que se dan en la película tiene relación con la identidad del personaje de Joan Fontaine. Ya de inicio, es un personaje sin nombre. No sabemos mucho sobre ella. Se esfuerza en cambiar, dejando atrás a la chica que enamoró a Maxim con su naturalidad para convertirse en aquella mujer perfecta de la que se supone que Maxim sigue enamorado. El momento combre de su búsqueda de identidad está relacionado con un vestido.
Con la intención de complacer a su marido, la joven acepta inocentemente los consejos de la señora Denvers y se viste, sin saberlo, con un traje que ya había vestido Rebeca. Lo que iba a ser una bonita sorpresa, sólo genera rechazo en su marido. Para definir su identidad, tiene que imponerse y decir alto y claro que ella es la señora De Winter.
'Rebeca' es una especie de cuento; un drama romántico que te atrapa y que aunque parece que deja alguna cuestión sin resolver, hace que el espectador se implique en la historia de igual manera. La película está llena de giros argumentales y cada cual más sorprendente que el anterior.
Los actores realizan un buen trabajo, especialmente Joan Fontaine que empieza siendo el reflejo de la dulzura y naturalidad para terminar agobiada, presionada y conteniendo su ira (eso sí, encontrando su sitio).
'Rebeca' es una película que me encanta por la tensión e intriga que se mantiene durante toda su historia.
Se nota que la peli te ha gustado, no recuerdo cuando fue la última vez que hiciste una crítica tan larga ;).
ResponderEliminarMe confieso admirador de Hitchcock, y aunque quizás mis preferidas están situadas en una época más tardía de Hitchcock, esta película me encanta. En cierta manera, me recuerda a una cuento de Poe o a esos pequeños relatos de terror tan de moda a finales del siglo XIX.
El guión está basado en una historia de Daphne du Maurier, que una vez más Hitchcock adapta de manera magistral. La interpretación que más me gusta es la de Judith Anderson como la señora Danvers; Jean Fontaine está muy bien y el que menos me gusta es Laurence Olivier. También destacaría la música de Franz Waxman y especialmente el decorado. Como bien dices la casa tiene el papel más importante y no aparece en los créditos.
Clásico imprescindible para entender la transición de la etapa inglesa a la americana de Hitchcock.
Por cierto, en los Oscar de 1940 se impuso como mejor película frente a rivales tan duros como Historias de Philadelphia de George Cukor y Las uvas de la ira de John Ford. Ahí es nada.
ResponderEliminarEspero que no resulten pesadas! De todas maneras, creo que es menos larga de lo que parece, lo que pasa es que tiene más fotos :P
EliminarCuando más detalles me gustan de una peli, más larga será su crítica, eso siempre. Y si, tuvo rivales de altura ya que 'Las uvas de la ira' o 'Historias de Filadelfia', son grandes películas. :)
A mi también me recuerda a otras historias, especialmente a Jane Eyre, por varios elementos que tienen en común.
Eskerrik asko por el comentario!
Me encanta esta película, de vez en cuando vuelvo a verla y nunca me canso. La crítica es excelente. Muy bien detallada. Gracias
ResponderEliminarme alegra que te haya gustado la crítica! Un saludo!
EliminarMe encanta esta película, de vez en cuando vuelvo a verla y nunca me canso. La crítica es excelente. Muy bien detallada. Gracias
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