De hombre libre a esclavo
Contenido relacionado: 'Hunger' (2008), 'Shame' (2011)
'12 años de esclavitud' es el tercer largometraje del
británico Steve McQueen. Basada en un hecho real, el director lleva a la
pantalla la historia de Solomon Northup (Chiwetel
Ejiofor), un músico negro y libre, que vive junto a su familia en Nueva York.
Solomon busca trabajo. Dos jóvenes entusiastas le proponen formar parte de un
circo, aprovechar su gran talento como violinista y convertirlo en la estrella
de su inigualable espectáculo. Solomon se deja engatusar por las bonitas
palabras de los dos desconocidos. Pero a partir de ese día, su vida se
convierte en un infierno. Los dos desconocidos drogan al músico y lo venden
como esclavo. Le arrebatan su libertad
a cambio de unas monedas.
El
espíritu, la fuerza física y psicológica de Solomon será puesta a prueba. Al
principio él está dispuesto a luchar para volver con su familia: "Mi nombre es Solomon Northup, soy un
hombre libre y ustedes no tienen derecho a detenerme" defiende el músico
sin éxito. Sin papeles que demuestren su condición, Solomon es vendido como
esclavo y empieza a trabajar en una plantación en Louisiana. A partir de ahí
empieza su bajada a los infiernos, en la que pasa de ser un hombre libre a ser
un esclavo. Una condición que se niega a aceptar. La historia no plantea una
lucha grupal ni heroica, es una lucha individual. Y muestra con crudeza la
situación de los esclavos, que eran considerados propiedades y no seres
humanos. Es tal el miedo de los esclavos a las represalias de sus amos que
ofrecer un trago de agua (la escena de la horca) puede resultar una temeridad.
Nadie hace nada por ayudar al otro. El abuso no se limita a lo físico, también
es psicológico.
Como
sucede en sus anteriores películas, McQueen no se anda con rodeos ni trata de
adornar el drama con discursos épicos. La historia es suficientemente dramática
de por sí. Quiere mostrar una trágica realidad (no demasiado lejana) y lo hace
de una forma dura y directa. Su
estilo me parece efectivo, impactante e incómodo. En ’12 años de esclavitud’ apuesta por una narración no lineal en la
primera mitad de la película y por una más convencional en la segunda. Hay
muchas escenas en las que no hacen falta diálogos o expresar nada mediante
palabras, el espectador sabe lo que está sucediendo en todo momento, es
consciente de la crueldad de la historia, te implica desde el inicio de la
historia.
McQueen
me parece un gran director con una forma de contar historias muy definida. La
composición de los planos que hace, siempre parece conocer el punto perfecto
para grabar una escena, la fotografía de sus películas (de esta en especial),
la dirección de los actores, el vestuario y el uso narrativo que da a ciertos
objetos, entre otras cosas me parece magnifico. Sus películas siempre me impactan
en mayor o menor medida, son toda una experiencia (dolorosa). En ‘Hunger’ trata el conflicto de forma
muy directa, ‘Shame’ es incómoda y
compleja, y ’12 años de esclavitud’ puede
que sea su película más completa.
Además del tratamiento de la imagen, creo que merece destacar el tratamiento sonoro que tiene la película ya que me ha parecido brillante e interesante. Sonido de truenos que amenazan con que lo peor está por llegar, el ruido del aspa o “rueda” del barco que golpea contra el agua y recuerda al sonido de los golpes que recibe Solomon. La banda sonora, compuesta por Hans Zimmer, que puede sonar similar a ‘Time’ de ‘Origen’, pero que dota a las escenas de aún más fuerza. En conjunto un trabajo sonoro muy bueno.
De
la libertad a la esclavitud, de Solomon Northup a Platt
El
siguiente apartado contiene spoilers.
Me
ha gustado como se muestra el deterioro de Solomon, como pasa de la idea de "¡Voy a sobrevivir! No voy a caer en la
desesperación, voy a mantenerme firme hasta que tenga la oportunidad de ser
libre" a conformarse con "No quiero
sobrevivir, quiero vivir".
La
primera humillación viene cuando le cambian el nombre, ya no será Solomon
Northup, su nombre de esclavo será Platt.
Tendrá distintos amos, algunos con una fachada más amable como Ford (Benedict Cumberbatch) y otros mucho más sádicos como Edwin Epps (Michael Fassbender). Todos los personajes bien desarrollados y con personalidades marcadas. Ford trata de forma amable a
Solomon, admira su habilidad con el violín. Solomon piensa que le trata a un
igual, hace caso a sus opiniones, le felicita. Pero nada más lejos de la
realidad.
El violín. Un objeto que me parece importante de
cara al desarrollo del personaje de Solomon. Es el objeto que le recuerda a su
libertad, a su familia. Solomon es un hombre culto, un buen violinista. Ahora
no le queda otra que cambiar su postura, tocar de distinta forma. Al inicio de
la película afina el violín, cerca del final en una escena de similar
estructura, las cuerdas del violín se rompen y Solomon termina rompiendo en
pedazos el violín. Poco queda de su libertad, está condenado a ser un esclavo,
y parece que empieza a aceptarlo.
También
hay otro interesante símil entre dos escenas. Dos bailes. En el primero Solomon
está en Nueva York, es admirado por los presentes en la fiesta. El segundo
baile, Solomon también toca el violín, pero los asistentes van disfrazados. Una
sociedad norteña contra una sureña, un mismo baile. Está agotado. En la primera
está integrado en esa sociedad, en la segunda, no. Se puede dar a entender que
esa integración no es tal como él pensaba, que todavía es más teatro que realidad.
Si el objeto con el que relacionamos a Solomon es el violín, al mezquino y repulsivo personaje interpretado (de forma extraordinaria) por Michael Fassbender, lo podríamos comparar con los cerdos. Me explico. Ninguna decisión en la película está tomada en vano y en la anterior escena se enfatiza esa idea. Edwin persigue a Solomon, pero mientras que el esclavo rodea a los cerdos, su amo se resbala en el barro. Lo dicho, buena dirección de actores y elección de espacios.
Si el objeto con el que relacionamos a Solomon es el violín, al mezquino y repulsivo personaje interpretado (de forma extraordinaria) por Michael Fassbender, lo podríamos comparar con los cerdos. Me explico. Ninguna decisión en la película está tomada en vano y en la anterior escena se enfatiza esa idea. Edwin persigue a Solomon, pero mientras que el esclavo rodea a los cerdos, su amo se resbala en el barro. Lo dicho, buena dirección de actores y elección de espacios.
La
decadencia, la desesperanza de Solomon se refleja en una escena de la canción
de ‘Roll Jordan Roll’. Si bien intenta de todas las maneras no olvidar quién
es, tener claro que es un hombre libre y que tarde o temprano volverá a
recuperar su vida, en esta escena parece aceptar su condición de esclavo.
Siempre se ha mantenido un poco al margen de los dos demás, pero por primera
vez, se une al canto de los esclavos. Emotiva y significativa escena en la que
Solomon toca fondo. A partir de aquí, se limita a acatar las duras órdenes de
su amo. La película quizás más convencional del dirección, de ritmo lento, con grandes interpretaciones (Fassbender es el que más me ha gustado), y la película de corte más clásico del director británico.
Queda apuntada. Una pinta excelente. A ver si nos da tiempo a verla antes de fin de año.
ResponderEliminarHemos Visto
http://hemosvisto.blogspot.com
De obligado visionado! ;)
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