El drama judicial según Billy Wilder
Comedia, cine negro, melodrama, intriga... y también el drama judicial, no importa cual sea el género de una película cuando cae en manos de un gran director. Billy Wilder no realizó solo magníficas comedias, también se manejó a las mil maravillas en otros géneros. Una temática o dinámica que se repite en el cine de Billy Wilder es la de que nada es lo que parece. El disfraz o la mentira suelen estar presentes, muchos de los personajes aparentan ser quienes no son y la película 'Testigo de cargo' es uno buen reflejo de esa premisa.
Leonard Vole (Tyrone Power) es acusado del asesinato de la señora French, una mujer adinerada con la que mantenía una relación de amistad y también de interés. Todas las pruebas juegan en su contra, por lo que acude a pedir ayuda a Sir Wilfrid Roberts (Charles Laughton), uno de los mejores abogados en activo.
Pese a que ha sufrido un ataque al corazón, Wilfrid Roberts sigue empeñado en seguir trabajando. Le han asignado una enfermera que está todo el día detrás de él diciéndole lo que puede y lo que no puede hacer. Wilfrid, como era de esperar, hace todo lo contrario a lo que ésta le dice: acepta el interesante caso, oculta el tabaco y el alcohol de la forma más ingeniosa posible... Su trabajo es más importante que su propia salud, por eso no habrá nada que le impida realizar eso que tanto adora. Leonard se gana la confianza del abogado y éste lo defiende hasta el final.
La siguiente crítica contiene spoilers, sé que rompo con ello la regla de los créditos finales (mil perdones).
'Testigo de cargo' está basada en un relato escrito por Agatha Christie. Si no hubiese sido por la insistencia de Marlene Dietrich, Billy Wilder nunca hubiese dirigido el proyecto. Cuando a la actriz le propusieron participar en la película, la única condición que puso fue esa misma, que la dirigiese Billy Wilder (ya habían trabajado juntos en 'Berlín Occidente'). Wilder aceptó el encargo e hizo "suyo" el proyecto.
El hecho de estar basada en una obra de carácter teatral se ve reflejado en el constante uso de espacios interiores y largos primeros planos en los que vemos a los acusados y a los testigos defender su versión de los hechos.
En 'Testigo de cargo' apreciamos muchos de los elementos característicos del estilo de Wilder: un ritmo rápido marcado por los ingeniosos diálogos, un guion bien hilado que prepara todo para el clímax, una forma de rodar limpia en la que la presencia del director es casi inexistente y unos personajes bien construidos llenos de detalles y peculiaridades que los convierten en únicos.
A la hora de rodar, Billy Wilder defendía lo siguiente: "En realidad, yo quiero que la gente olvide que en mis películas ha habido una cámara y un director. Quiero que se olviden que están viendo una pantalla. Tienen que creer que están con los personajes en la acción, en la misma habitación o en la misma calle". Durante la película el espectador acompaña al abogado y se convierte en juez y también en testigo de los hechos que nos presentan. Somos testigos del engaño al mismo tiempo que somos engañados.
Es fácil entender cuales son las motivaciones de los personajes y el por qué de su manera de actuar. En 'Testifo de cargo' son tres las principales motivaciones que tienen los protagonistas: el amor será la de Christine (la mujer del acusado), el dinero la de Leonard (el acusado) y el trabajo la de Sir Wilfrid (el abogado).
Lo dicho, en el cine de Wilder nada es lo que parece y tampoco lo es la propia película. No es un drama judicial corriente, es un drama judicial desarrollado desde el punto de vista de Billy Wilder: por eso, 'Testigo de cargo' logra sorprender al espectador. La película empieza con un toque cómico, que no llega a perder nunca debido a las agudas respuestas de Wilfrid, y termina transformándose en un drama lleno de intriga del que eres incapaz de apartar la mirada.
Todos mienten
De una manera u otra todos los personajes de la película mienten durante el juicio, la gracia está en saber cuando nos están mintiendo. Tanto Leonard como Christine pasan por la prueba del monóculo de Sir Wilfrid antes de "salir a escena" para defender su inocencia. Esos momentos son claves para el espectador, ya que será el momento en el que se posicione a favor o en contra de uno u otro.
Los dos son interrogados por el abogado mientras les dirige el molesto reflejo de la luz a sus ojos. Una misma prueba pero con dos resultados distintos. Mientras que Leonard no se inmuta y se mantiene firme y defiende su presunta inocencia con mucha seguridad; Christine no aguanta y se levanta a bajar las persianas para que desaparezca el molesto reflejo. Los nervios y la tensión le han hecho dudar y en ese mismo instante ponemos a Christine en el primer puesto de la lista de posibles sospechosos del asesinato de la señora French.
En el peculiar interrogatorio Leonard nos vende su inocencia de una manera tan creíble y segura que, al igual que Sir Wilfrid, la compramos sin cuestionarla. No nos damos cuenta de la importancia que pueden tener algunas frases premonitorias que el abogado va soltando... Por ejemplo, cuando amistosamente le comenta a su cliente que tiene "todos los instintos de un diestro criminal", y todos se lo toman a broma. También hay otros indicios que nos llevan a dudar sobre la clase de persona que es Leonard realmente: Christine enfatiza en más de una ocasión que ella dice lo que su marido quiere que conteste ("¿No es lo que él quiere que diga?" les pregunta a los abogados). Christine muestra cierta dependencia hacia su marido cada vez que es interrogada. Es una mujer notable que está dispuesta a hacer cualquier cosa por amor, llegando a crear la coartada perfecta.
Wilfrid se supone que es quién tiene que manejar la situación, pero al final él no es más que una marioneta a manos de su cliente y de los testigos. En el último cuarto de hora de la película todo cambia, parece que el juicio ha llegado a su fin y el jurado ya tiene el veredicto preparado. Eso sí, al igual que Wilfrid, tenemos la sensación de que hay algo que no cuadra. En ese momento de duda es cuando todos los cabos empiezan a atarse de golpe: conocemos al asesino y el motivo de su crimen. Nos damos cuenta del engaño y abrimos los ojos por primera vez. Un final algo precipitado y caótico pero Wilder consigue "taparlo" durante toda la película.
'Testigo de cargo' es un notable drama judicial, ingenioso y con un gran reparto. El personaje que interpreta Laughton es uno de los más carismáticos de la filmografía de Wilder.
Excelente película, quizás de las 2 o 3 mejores películas de juicios que nunca se hayan filmado. Una vez más, Wilder mezcla géneros de una manera magistral y compone la que quizás sea la mejor adaptación de una obra de Agatha Christie que nunca se haya hecho.
ResponderEliminarSi el guión adaptado por el propio Wilder es magnífico y la dirección majestuosa, qué decir de los intérpretes de altísimo nivel. Están perfectos, sobre todo Charles Laughton y Marlene Dietrich (a Tyrone Power lo veo algo sobreactuado por momentos). Cuenta una anécdota que en el rodaje Charles Laughton era capaz de interpretar todos los personajes y dar consejos al resto de los actores sobre su actuación.
Obra maestra sin duda alguna, imprescindible para los amantes de las películas de juicios y para los admiradores de Billy Wilder.
Según Wilder, Charles Laughton era capaz de interpretar la misma escena de mil maneras distintas, y en cada una de ellas, lo hacía mejor. Aunque pasasen toda la noche discutiendo y acordando sobre como iba a ser la escena, daba igual. Al día siguiente Laughton había cambiado todo por completo, pero siempre a mejor!
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