'El hombre de acero' (2013) - Forjando una identidad

Las películas de superhéroes ya no son un género “menor”, ahora dominan la cartelera y arrasan en taquilla. Las últimas adaptaciones de Batman, Spider-Man, Iron-Man, Los Vengadores, X-Men… siguen atrayendo al público y generando interés (también hay excepciones). Como era de esperar, uno de los superhéroes más icónicos de la historia tenía que volver a la gran pantalla. Y lo ha hecho por todo lo alto: Zack Snyder, Christopher Nolan, un reparto que muchos envidiarían, Zimmer encargándose de la banda sonora… Todos los ingredientes necesarios para un retorno épico. Pero, en mi opinión, algo ha fallado. Como ha sucedido con algún otro gran estreno (ejem, ‘Prometheus’), las expectativas creadas por una gran y brillante campaña publicitaria, acaban jugando en contra del producto final.

Tras ver la nueva entrega de Superman me siento algo decepcionada. Hay cosas que me han gustado, relacionadas con el aspecto “personal” de la película. Y otras que no, como el desarrollo de las escenas de acción de la parte final de la película, que me han parecido poco novedosas, largas y repetitivas.

Los habitantes de Krypton han agotado los recursos del planeta por lo que la población está amenazada. En Krypton cada individuo nace con un objetivo marcado, no tienen elección y tienen que aceptar el destino que se les ha asignado. Antes de que el planeta sea destruido, Jor-El (Russell Crowe) decide enviar a la Tierra a su hijo recién nacido, Kal-El/Clark Kent (Henry Cavill). Jor-El confía en que su hijo se convierta en un símbolo para los habitantes de la Tierra.

La búsqueda de su verdadera identidad, la curiosidad sobre su procedencia, y la importancia de encontrar su papel en la sociedad son los principales conflictos de Superman. Clark ha sido educado bajo los valores de sus padres adoptivos, que no dudan en responder a sus dudas. Sus padres adoptivos tratan de protegerlo ya que consideran que la humanidad no está preparada para aceptar a un individuo como Clark. Por eso, teniendo en cuenta los consejos tanto de su padre adoptivo como los de su padre biológico, Clark tendrá que escoger el momento adecuado para mostrarse tal y como es. Al contrario que los “kryptonianos”, Clark tendrá la opción de escoger quién quiere ser y a quién quiere ayudar.

Me ha gustado el desarrollo del personaje de Clark Kent y la manera de mostrarlo. El hecho de no mostrar su pasado en forma cronológica es el elemento más destacable de la película, y el que le aporta cierto toque de originalidad. También me ha gustado la elección de crear a un Superman más “humano”, un hombre que más que golpear, recibe golpes. Caerá y se levantará (idea unida a Bruce Wayne y ‘El caballero oscuro’).

El reparto en general cumple, pero especialmente Russell Crowe que no tarda en robar cada escena en la que aparece, y como no Henry Cavill como nuevo Superman. El reto no era fácil, pero Cavill aprueba con nota. Cavill dota al héroe de la “humanidad” que he nombrado antes. Una expresiva mirada en la que refleja miedo, dudas y ternura (por ejemplo, en la escena con su madre adoptiva en la entrada de su casa).

Lo que menos me ha gustado ha sido el general Zod (Michael Shannon) como villano (¿o debería de decir pareja de villanos?) y las excesivas escenas de acción de la parte final. En mi opinión un buen villano es aquel que parece incontrolable. Un villano que además de caos genera confusión y que sorprende con acciones inesperadas. La única motivación del villano resulta ser cumplir con su deber. Su destino es proteger al pueblo de Krypton y luchará por ello.

Por otro lado, como en toda película de este género, espero buenas dosis de acción. En este caso la acción se excede, no destaca por su originalidad (la estética es similar a la de otras películas de ciencia ficción) y como he dicho antes, resulta repetitiva. La parte final de la película me ha parecido lenta y larga. Se puede decir que la película está dividida en dos partes, una en la que opta por desarrollar a los personajes, y otra en la que opta por tirar por la borda todo lo logrado a base de interminables escenas de acción. Podrían haber arriesgado más, y no ha sido así. Una pena.