El sentido de la vida
Akira Kurosawa dijo una vez: “solo nos damos cuenta del
valor de la vida, cuando la muerte acecha o está cerca”. El director japonés
plasmó esa idea en ‘Vivir’, un drama
sobre la vida y la muerte, sobre el sentido de encontrar nuestro lugar en el
mundo y dejar huella en el camino. Un drama vitalista, pero a la vez algo pesimista
en la parte más social y política de la historia (corrupción, incompetencia
laboral…).
Un narrador nos presenta al protagonista de la película, el
señor Kenji Watanabe, un funcionario que lleva más de 25 trabajando en la misma
oficina y que no ha faltado ni un solo día al trabajo. Una persona más entre un
millón. A Watanabe le han diagnosticado un cáncer terminal de estómago, le quedan
menos de seis meses de vida. El señor Watanabe decidirá que es el momento de
repasar su vida, sus logros, y reflexionar sobre si su “viaje” ha merecido la
pena.
La rutina ha consumido al señor Watanabe, no siente pasión
alguna por su trabajo que se ha convertido en algo mecánico. La relación con su
hijo también deja mucho que desear, ya que el interés de su primogénito parece
limitarse a su pensión y el dinero y posesiones que su padre le dejará cuando
muera. Ya es tarde para cambiar las cosas, lo perdido no se puede recuperar y
no tiene sentido mirar atrás.
Tras la horrorosa noticia, la actitud ante la vida del señor
Watanabe cambia. Con nada que perder, opta por vivir el momento y sentirse
vivo. Para ello tendrá la ayuda de inesperados y curiosos personajes. En ese
corto periodo de tiempo Watanabe descubre el mundo, sale de la prisión en la
que había convertido su trabajo y vive. Un escritor en un bar será su especie
de “mentor”, quién le indica el camino. Una joven y siempre risueña trabajadora
de su oficina le mostrará una meta que alcanzar: dejar huella en el camino. En este caso, Watanabe decidirá hacer
todo lo posible para crear un parque en un barrio necesitado.
La película se separa en dos partes, la primera se centra en
la vida, en la parte más personal y
en la lucha de Watanabe por lograr su objetivo. La segunda parte se centra en la
muerte y es más política:
funcionarios, políticos, una familia que calla y escucha atónita ante la información
que recibe, un grupo de hipócritas borrachos que prometen cambiar su manera de
actuar… Watanabe pasa de estar muerto en
vida, a estar vivo en el recuerdo.
Watanabe es otro de los samuráis de Kurosawa. Si un samurái es
una persona que lucha hasta que logra su objetivo en la vida, el señor Watanabe
es un ciudadano corriente que decide convertirse en samurái haciendo algo por
los demás, y dejando su “sello” en la sociedad (el que en el trabajo se limita a poner sellos
a un montón de documentos). Aunque puede resultar algo larga, 'Vivir' es un notable drama que emociona, pero que también
intenta suavizar el drama mediante la voz del narrador; y que también crítica
ciertos aspectos de la sociedad. Una historia universal, bien narrada.
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