lunes, 24 de marzo de 2014

'El gran hotel Budapest' (2014)

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Herencias y cuadros

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El estilo del estadounidense Wes Anderson es bastante reconocible. Sus películas suelen seguir una paleta de color similar (es el director de color "amarillo" por así decirlo), realiza rápidos zooms y movimientos de cámara y abundan los primeros planos. Aparte de eso, sus personajes suelen ser peculiares, algo excéntricos y más bien fríos a la hora de relacionarse o en un aspecto más "emocional". La acción tiene lugar en enormes decorados y maquetadas, ya sea la de una casa familiar de muchos pisos, un submarino o como es el caso, un hotel. Pero si hay un elemento que destaca entre todos es el poder visual de sus imágenes y la simetría que hay en cada plano. Todos esos elementos los encontramos en su nuevo trabajo: 'El gran hotel Budapest' una muy entretenida comedia repleta de caras conocidas que forman parte de esa "familia Anderson" que no deja de aumentar. El estilo Anderson en todo su esplendor.

'El gran hotel Budapest' es conocido por el especial trato que reciben sus huéspedes (especialmente si son ricas, rubias y ancianas), y también por la fama y buen hacer de su conserje Gustave H. (Ralph Fiennes). Como buen conserje debe estar disponible a todas horas y guardar todos los secretos de los clientes del hotel. Gustave H. tendrá un ayudante, un pupilo al quién enseñar el oficio. El conserje es una especie de mentor para Zero Moustafa (Tony Revolori), que no pierde detalle de lo que éste le dice. La muerte en extrañas circunstancias de una asidua visitante del hotel pondrá a Gustave H. en el punto de mira. La repartición de la herencia de la víctima y la recuperación de un valioso cuadro dan pie a esta loca comedia en la que el descanso no está permitido.
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Subidas, bajadas, largos pasillos y amplios espacios, escaleras y muchas puertas. Los personajes de la historia no paran en ningún momento, siempre está ocurriendo algo. La película tiene un toque clásico que le favorece acercándose al clásico subgénero de la screwball comedy, en las que siempre está sucediendo algo. Wes Anderson juega con distintos formatos de imagen, cada uno acorde a la época en la que sucede la acción que nos muestra.
La escenografía de la película es espectacular y el robo del cuadro, o los cuadros en sí mismos, se convierten en la excusa visual perfecta para mostrar la historia. Los planos de las películas de Anderson suelen ser muy simétricos, y en 'El gran hotel Budapest' destacan las formas cuadradas: por ejemplo realizando encuadres que enmarcan a los personajes y/o la acción; creando "cuadros" dentro del plano.
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Además del rápido montaje, la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat ayuda a enfatizar el ritmo de la propia historia. La película parte de una idea simple y sencilla, algo predecible incluso, pero eso no tiene por que ser algo malo. Es cierto que el cine de Wes Anderson no suele resultar demasiado emotivo, quizás sea 'Moonrise Kingdom' la película del director que más me "ha llegado"; pero esa "frialdad" es parte de su característico sello.
'El gran hotel Budapest' es entretenida, con buenos puntos cómicos y que reúne todos los elementos del cine de Anderson. También me ha parecido fría, pero seguramente no busque emocionar. En ese sentido, de cara al futuro opino que le vendría bien arriesgar algo más en ese aspecto. En general me ha parecido una película bastante completa, de lo mejor del director.

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