'Begin again' (2013)

¿Puede una canción salvarte la vida?

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Hay ocasiones en las que cuando el cine y música se juntan, surge la magia y este es uno de esos casos. El director y guionista de 'Begin Again' (Can a song save your life?) ya consiguió "enamorarme" con esa joya que es 'Once'; una película pequeña, poco comercial en la que contaba como dos músicos que acaban de conocerse graban sus canciones al mismo tiempo que ponen un poco de orden en sus vidas. Una película grabada con cámara en mano, poco presupuesto y con una banda sonora difícil de olvidar. En esta ocasión, volvemos a tener música, pero la película tiene un corte más comercial. La cinta está protagonizada por Keira Knightley y Mark Ruffalo, que están acompañados entre otros por Catherine Keener y, debutando en la gran pantalla, Adam Levine (líder del grupo Maroon 5).

Nueva York se convierte en el escenario perfecto para esta historia de segundas oportunidades y de nuevos comienzos. La película tiene buenos temas musicales y su historia, aunque reúna algún que otro tópico, en su conjunto logra alejarse del cliché. 'Begin Again' es una película sobre la música, sobre la realización personal y la identidad y el lugar que quieren ocupar los protagonistas dentro de la industria musical y de cómo la música puede ayudar a solucionar los problemas.

Greta (Keira Knightley) acaba de instalarse en Nueva York junto a Dave (Adam Levine) su exitoso novio. Llevan juntos bastante tiempo, comparten su amor por la música pero en el fondo tienen un concepto distinto sobre ella. Dave parece estar destinado a ser una estrella de rock, a llenar salas de conciertos y vivir una vida sin rumbo fijo. Greta en cambio, ve la música como algo más intimo o personal. No aspira a convertirse en una estrella de rock (cuando Dave convierte una canción, Lost Stars tema principal de la película, en algo más comercial para que se convierta en un éxito Greta le responde con un "¿por qué?"). Y es que para Greta con ese cambio la canción pierde su esencia, su significado inicial.

Cuando la pareja rompe, ella queda tocada, pero no hundida, y libera su tristeza con una canción en un pub. En ese pub se encuentra Dan, un productor de música independiente. Hace años que Dan no ha dado con ningún éxito, ni ha encontrado un artista que merezca o que aporte algo nuevo a una industria en la que parece no haber sitio para los autores con "identidad propia". Mala situación familiar, profesional y personal. Frustrado, con la bebida como mejor amiga, parece haber tocado fondo y está dispuesto a tirar todo por la borda hasta que escucha a Greta en el pub.

Ese momento resulta clave y mágico. Al inicio de la película Carney se encarga de mostrarnos como Dan y Greta han llegado a esa situación, como han terminado en ese bar desde el punto de vista de los dos. El momento en el que los primeros acordes de la canción de Greta empiezan a sonar, Dan empieza a "ver" su música, a escuchar los arreglos. Y es ese el momento en el que la película, me ha atrapado. Preciosa escena.

Dos personas que parecían haber tocado fondo empiezan a sentirse bien y a disfrutar con lo que hacen. Felices, realizados, libres y creativos. Esa sensación y optimismo se contagia y se ve reflejado en sus problemas personales. Dan saca la música a la calle y convierte a la ciudad de Nueva York en un miembro más de la banda.

'Begin Again' es una de esas películas que tienen algo especial, de las que te arrancan una sonrisa y contagian su optimismo. Las canciones ocupan buena parte del metraje, pero no sobran. Entras de lleno en ellas, y las disfrutas como si estuvieses en un concierto. Como dice el personaje de Dan, hay canciones que hacen que una escena o una acción sencilla, como un cruce de miradas, se convierta en algo grandioso (poniendo 'Casablanca' como ejemplo). Y esa "táctica" es la que funciona de maravilla en la película. Tiene escenas poderosas como la ya nombrada escena del primer encuentro en el pub; o el paseo por Times Square en la que la química y/o complicidad entre Ruffalo y Knightley resulta encantadora.

'Begin Again' es una película bonita, disfrutable de principio a fin. Carney no arriesga, y acierta. La película también realiza una ligera crítica a la industria musical, sobretodo en su parte final y créditos, en la que con poca información queda claro cómo funciona el sistema. La historia no tarda en atraparte, los actores realizan un buen trabajo y emocionan. Quizás la trama paterno-filial esté metida un poco con calzador, pero resulta tierna igualmente. Los personajes se mantienen fieles a sí mismos durante toda la historia, y están acompañados de una magnífica banda sonora y unas localizaciones inmejorables. 

¿Puede una canción salvarte la vida? Quién sabe, puede que sí. Encontrar la canción adecuada en el momento adecuado hace que donde había frustración empiece a surgir la magia. Una entrañable historia, una grata sorpresa.