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El
prometedor Derek Cianfrance es el
encargado de dirigir ‘Cruce de caminos’,
una buena e interesante película, llena de intriga y tensión. El director
de la notable ‘Blue Valentine’ vuelve
a contar en el reparto con Ryan Gosling; eso sí, está vez la película ha tenido
una mejor distribución que su debut cinematográfico (recordar que ‘Blue
Valentine’ ha llegado este año a nuestras pantallas, siendo una producción del
2010).
El
director defiende que su película ‘Cruce
de caminos’ trata sobre el legado que dejamos, y el impacto que tienen en
el futuro las decisiones que tomamos en el presente, día a día. La película que
dura cerca de dos horas y media, se puede separar en tres partes. Cada una
centrada en personajes concretos.
La
primera parte se centra en el personaje de Luke
(Ryan Gosling). Un delincuente que trabaja en una atracción de feria. Su
objeto más preciado es su moto, su vida. Luke decide dejar todo de lado
cuando Romina (Eva Mendes), un
antiguo ligue, le dice que él es el padre de su hijo. Si bien vivía y trabajaba
“encerrado”, ahora ve un modo de escapar. Ve la opción de ser mejor, y de
actuar como un buen padre. Para asegurarle un buen futuro a su recién conocido
hijo, tomará una decisión drástica y cuestionable.
Avery (Bradley Cooper) se
cruzará en su camino. La parte central del metraje se centra en su personaje. Avery es un policía que por ciertas
circunstancias pasará a ser un héroe local. El problema, que su heroicidad se
basa en una mentira, y eso se convertirá en una carga difícil de soportar.
También actúa pensando en el legado que le va a dejar a su hijo pequeño; pero a
diferencia de Luke, escoge hacer lo
que se supone que es “lo correcto”.
Decisiones
que tendrán sus consecuencias y que las veremos reflejadas en la tercera parte,
en la que los caminos se vuelven a cruzar. Casualidades del destino. Por lo
general, la primera parte de la película me ha parecido bastante buena, la
segunda más que correcta y el final es con el que no he llegado a conectar del
todo (aunque por ello no deja de ser interesante). El peso recae en los jóvenes
actores Dane Dehaan y Emory Cohen, que realizan un trabajo estupendo. Pero la
parte final narrativamente es demasiado
larga, algo estereotipada, y no hace justicia a lo visto hasta ahora. Sirve
para poner fin a los conflictos que todavía quedaban por cerrar, en ese
aspecto, bien.
Derek Cianfrance vuelve a demostrar que
es un director a tener en cuenta. Si bien la película tiene un corte algo
clásico, sorprende en su estructura y en sus persecuciones. Las persecuciones
están grabadas de tal manera que nos ponemos en el lugar del conductor, vamos a
toda velocidad, escuchamos el “rugido” de los motores, llegan a marear. Pero el
director crea la tensión apropiada. La buena banda sonora ayuda a enfatizar esa
tensión, acompaña a la intriga y dramatiza ciertos momentos.
Ryan Gosling, Eva
Mendes, Bradley Cooper,
todos los actores en general realizan un buen trabajo. Una buena historia,
interesante en su planteamiento y arriesgada en el desarrollo de los eventos;
pero que al final pierde algo de fuerza a causa de su excesiva duración.
Cómo
sucede en más de una ocasión, la traducción del título original es libre. Por
eso, ‘A place beyond the pines’ (algo
así como ‘Un lugar más allá de los pinos’), ha pasado a ser ‘Cruce de caminos’,
que tiene cierto sentido pero no es lo mismo. Dicho lugar, más allá de los
pinos, aparece en unas tres ocasiones que resultan
ser claves para los personajes (sirve como lugar de encuentro, como lugar
tenebroso del que huir antes de cruzar la línea, o de clímax). Lo dicho, no es
lo mismo.
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