Sobre el éxito y el fracaso
‘A propósito de Llewyn
Davis’ es
el último trabajo de los hermanos Coen. La historia está ambientada en el Nueva
York de los años sesenta, en Greenwich Village para ser más precisos, cuna del
arte y la bohemia neoyorquina en ese periodo. El protagonista de la historia es
Llewyn Davis (Oscar Isaac), un joven
músico folk que aspira a lograr el éxito. Eso sí, en el camino no está
dispuesto a “venderse” o a sacrificar sus principios.
Llewyn es un perdedor, no
demasiado simpático, solitario. Su vida es complicada y gris. No ha superado la
pérdida de su compañero de grupo. El folk estaba a punto de renacer, volviendo
a dar sus primeros pasos. Claro está, que en camino no todos lograron el éxito.
Y es que la película deja claro que no por ser bueno en lo tuyo tienes el éxito
asegurado.
Llewyn
tendrá la oportunidad de hacer una prueba ante Bud Grossman (F. Murray
Abraham), un magnate de la música, al que intentará convencer de su talento
cantando ‘Queen Jane’, una triste y melancólica canción del pasado. Una escena
sencilla en la que la voz en director de Oscar Isaac es suficiente para dejarte
llevar.
El
protagonista de la película no piensa en las consecuencias de sus decisiones o
el daño que pueda causar a aquellas personas y amigos que tiene cerca, de una
manera u otra acaba hiriéndoles. No se compromete en exceso. No quiere
problemas. Busca el éxito, quiere vivir por, para y de la música, se resiste a
aceptar cualquier otro oficio. Vive, o sobrevive, de sofá en sofá, de la
caridad de sus amigos.
Y
es que el camino hacia el éxito no es fácil, y a veces no queda otra que aceptar
el fracaso, que el sueño americano no existe. Llewyn Davis vivirá su propia odisea, acompañado de un gato que no
es suyo, ni siquiera sabe su nombre. Su camino cada vez se desenfoca
más, al igual que sus aspiraciones. Casi siempre toma las decisiones menos
acertadas, el orgullo y el ego le pueden en más de una ocasión. El gato, será
el único ser por el que muestra cierto afecto y el ser que dará sentido a su
viaje.
Llewyn
vive en el presente (“¿es que tú nunca piensas en el futuro?”), sobrevive como
puede y casi siempre solo piensa en sí mismo. Empezará un viaje en el que solo
mirará hacia delante, en el que un giro o tomar una curva condicionaría su
futuro. Llewyn deja atrás muchas opciones y compromisos que le hubiesen cambiado
la vida por completo.
Uno
de los puntos fuertes de la película es su protagonista: triste, melancólico,
agotado, honesto pero también egoísta y orgulloso. Un personaje gris. En ese
aspecto hay que destacar el magnífico trabajo de fotografía de la película. En
la película predominan los colores apagados, los grises, complementando así de
forma perfecta el carácter y situación del personaje. El único punto de color, o
“de vida”, lo aporta el gato, su compañero de aventuras.
‘A propósito de Llewyn
Davis’ es
una película sencilla, sin excesos, que mezcla drama con algo de humor negro.
En la película hay referencias culturales, literales y visuales al folk de la
época, y una cerca de la escena final que me ha encantado. Por ponerle un pero,
la estructura circular de la película me ha pillado por sorpresa y me ha
descolocado al final. Pero, la película, en conjunto, te atrapa.
Los
últimos trabajos de los Coen me dejaron algo fría, pero esta vez no ha sido así. ‘A propósito de Llewyn Davis’ me ha gustado bastante. Un gran trabajo
de fotografía, una banda sonora maravillosa y un destacable trabajo de Oscar
Isaac, bien secundado por Justin Timberlake, John Goodman y especialmente por
Carey Mulligan. Una guitarra, un gato y la carretera. Un viaje para emprender
una aventura en busca de tu lugar, una odisea en la que volver a “tu hogar”.
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