Contenido relacionado: 'Historias de Filadelfia' (George Cukor, 1940)
Hacer luz de
gas
*La
siguiente crítica puede contener spoilers
'Luz que
agoniza' es
una película en la que el drama psicológico y el suspense se mezclan de una
forma efectiva, atrapando al espectador desde el primer momento. Cukor, muestra
una trama sencilla en la que casi todas las cartas se muestran desde el inicio.
La película es un remake de la británica 'Luz de gas' (Thorold Dickinson), pero
ambas parten de la base teatral escrita por Patrick Hamilton.
Paula
Alquist (Ingrid
Bergman) es una joven feliz y risueña que se enamora locamente de Gregory Anton (Charles Boyer), un
aclamado pianista. Al comienzo de su relación todo resulta maravilloso e
idílico. La pareja no tarda en casarse y persuadida por su marido deciden ir a
vivir a Londres, concretamente a la casa de la tía de Paula; una casa unida a
un recuerdo que aterra a la joven. Una vez instalados en la casa, la felicidad
de la pareja comienza a desvanecerse; la eterna sonrisa de Paula empieza a
apagarse y su idílica relación se convierte en una autentica pesadilla. Su
hogar se convierte en una cárcel de la que no puede salir (Gregory se encarga
de ello).
Ruidos, cambios de intensidad en la luz, objetos que desaparecen...
Paula piensa que está enloqueciendo; eso es lo que su marido le hace creer (el
personaje de Gregory Anton resulta
odioso). Gregory es posesivo, manipulador, con un objetivo fijado desde el
principio y dispuesto a todo por lograrlo. Muy calculador.
Hay
películas que popularizan términos, por ejemplo, 'Rebeca' de Hitchcock dio
nombre a una prenda de vestir. En este caso, y si no me equivoco, la película
popularizó la expresión "hacer luz de gas", es decir, hacer creer a
otra persona que está loca, que sus razonamientos son erróneos, confundirla
para que dude de sus actos, hacer creer que algo poco probable o imposible es
real.
La
extraña situación de Paula, y su parecido con su tía llaman la atención de Brian Cameron (Joseph Cotten), un
detective de Scotland Yard que atraído por Paula decide preocuparse por ella y
reabrir un caso que daba por cerrado.
Los
tres personajes principales están conectados, y esa relación tiene que ver con el
trágico suceso que tuvo lugar en el pasado: el asesinato de Alice, la tía de
Paula.. Al inicio de la película le dicen al personaje de Paula que no es
momento de mirar al pasado, que a partir de ahora solo le queda mirar hacia el
futuro, pero lo cierto es que no se lo pondrán nada fácil.
Cukor
utiliza los elementos recurrentes del suspense, y también del cine negro, como
pueden ser los espejos para mostrar la dualidad del personaje interpretado por
Boyer, las sombras que convierten al lugar en un espacio amenazante y
terrorífico y/o los planos contrapicados que dejan ver que la amenaza está
arriba, en el trastero (y en su cabeza). Todo ello, junto a la niebla del viejo
Londres, dota a la película de una magnífica atmosfera.
El
trabajo de los actores es notable, Ingrid Bergman se llevó el Oscar a Mejor
Actriz por ello. La película mezcla bien los géneros, tiene personajes
inocentes y buenos como Paula (¿demasiado quizás?), odiosos y manipuladores
como Gregory; y otros que secundarios que sirven como "alivio"
cómico, como lo son el personaje de la vecina cotilla y/o el de la joven y algo
vulgar asistenta interpretada por una joven Angela Lansbury.
El espectador sabe más que el personaje de Paula, sabemos quién es el malo; y ese suspense y sensación de amenaza no desaparece durante toda la película; el odio se acumula hasta llegar al clímax de la película en el que los roles se cambian; y el que ridiculiza es ridiculizado. Recomendable.
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