Un pequeño infinito
'Bajo la misma estrella' es uno de los últimos fenómenos
literarios que ha captado el interés de miles de adolescentes, logrando
rápidamente el sello de best seller.
Como suele suceder en estos casos, la adaptación cinematográfica no ha tardado
en llegar. En esta ocasión no estamos ante una trilogía romántica, o ante una
saga de acción en la que los jóvenes
tienen que luchar contra el sistema, no. Su base es sencilla; su historia es
triste pero no es derrotista. Hay momentos en los que nos olvidamos de la
enfermedad de los protagonistas. Puede que no nos cuente nada nuevo; pero lo que
cuenta, lo cuenta bien. Una película que mezcla con agudeza la tragedia y momentos de humor; que le saca partido a la idea de aprovechar el tiempo mientras se pueda
y en la que el director espera a que los personajes se ganen el afecto del
espectador para después golpear su fibra sensible.
Gracias
a un medicamento que todavía estaba en fase experimental, Hazel (Shailene
Woodley) ha conseguido reducir su cáncer y alargar un par de años más su
esperanza de vida. Acompañada siempre de una bombona de oxigeno, Hazel Grace
Lancaster siempre ha sido consciente de que más pronto que tarde va a morir.
Hazel acude a un grupo de apoyo y es ahí donde conoce a August Waters (Ansel
Elgort). Un chico alegre y optimista que parece haber superado un osteosarcoma
(aunque perdió una pierna por ello). Como no, Hazel y August congenian
rápidamente. Comparten aficiones y miradas cómplices.
Vale. La
historia de 'Bajo la misma estrella' es
triste, pero el espectador ya sabe lo que le espera. Pese a ello, la
película logra sorprender; ya que ofrece algo más (he de decir que no esperaba
mucho de la película). La película ofrece una reflexión sobre la felicidad, el
amor, el tiempo y el olvido. Como dicen en la película, la pareja protagonista
vivirá su pequeño infinito, que perdurará en la eternidad. Una historia emotiva,
en la que sufres, te emocionas y que consigue sacarte una sonrisa incluso en
los momentos en los que todo se da por perdido. Una buena mezcla de drama y
pinceladas cómicas. El espectador se deja manipular por la historia, se sumerge
en ella y se deja llevar por la romántica historia (que en su forma no está
adornada con excesivos dramatismos).
"No puedo
decirte lo agradecida que estoy por nuestro pequeño infinito" Hazel Grace
Vale.
Como ya he comentado en alguna otra ocasión, las buena adaptaciones deben
mantener la esencia del libro y después, dependiendo los recursos del medio
utilizado para representar la obra, sacar el mayor jugo posible
"enriqueciendo" o
complementando la historia de cierto modo. 'Bajo
la misma estrella' es una correcta adaptación, reúne todos los momentos
relevantes de la novela y como suele ser habitual suprime algunas tramas muy secundarias
que añaden algo más de trasfondo a sus personajes.
Los
personajes no tienen nada que perder, porque ya lo han perdido todo. August se
siente como en una montaña rusa, no deja de subir, de sentirse bien. Es
optimista, algo creído también. Su mayor miedo es caer en el olvido. Esa idea
de la montaña rusa, o de la subida, se puede aplicar a la subida más complicada
a la que tendrá que hacer frente Hazel (la de las escaleras de la casa de Anna
Frank). Una vez llegado a la cima, solo les queda la triste y dolorosa bajada.
Pero para ellos no hay decepciones, ya que no tienen expectativas. Viven el
momento.
El
trabajo de los actores es bueno, y la película tiene grandes secundarios como
Laura Dern o Willem Dafoe. Pero la que más destaca entre todos es Shailene
Woodley. A la historia también le acompaña una buena banda sonora. El trabajo
de dirección es sencillo, el director no arriesga y apuesta por la fuerza del
drama. Hazel es la narradora de la historia, pero su voz en off no resulta
cargante ya que no se abusa del recurso.
Parece
que la historia no ha "reventado" la taquilla como se esperaba. No
es una historia nueva, pero consigue atraparte y emocionarte. Un libro o una
historia sin final les une, pero Gus no dejará la historia de Hazel sin el
suyo. Emotivo cierre.
Lo
dicho, no esperaba mucho de la película, pero logra sorprender y emocionar al
espectador. Ya que desde el principio el director es consciente del
"lacrimógeno" material que tiene entre manos, y consigue manejarlo
bien y sin demasiados excesos.
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