sábado, 9 de agosto de 2014

'DÍAS SIN HUELLA' (The lost weekend, 1945)

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Los círculos viciosos


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Billy Wilder arriesgó al tratar un tema polémico como el alcoholismo como algo serio y dramático por primera vez, quitándole la característica comicidad con la que perfilaban a los personajes "borrachos" en las comedias de la época. En 'Días sin huella', Wilder muestra la bajada al infierno de un escritor falto de inspiración, lleno de inseguridades y adicto al alcohol.

Un nuevo perfil, más serio y devastador, para mostrar un problema que parecía no tener espacio en la gran pantalla. Según parece, Paramount (productora de la película) recibió amenazas por parte de la industria del alcohol para que detuviese el estreno de la película de Billy Wilder. La productora llegó a recibir ofertas de hasta 5 millones de dólares a cambio de que la película quedase guardada en un cajón y nunca viese la luz. El espectador, por su parte, tampoco estaba acostumbrado a que un personaje con problemas con la bebibda estuviese tan perdido y tuviese ese toque deprimente. En el preestreno de la película, la obra de Wilder resultó ser un fracaso. El público se reía cuando no debía hacerlo interpretando de forma errónea el tono oscuro de la película. El día de su estreno, las valoraciones, tanto de la crítica como la de los espectadores cambiaron por completo. La película fue un gran éxito y llegó a ganar 4 premios de la Academia (Película, Director, Actor y Guion Adaptado). Cosas del cine.


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El protagonista de 'Días sin huella' es Don Birnam (Ray Milland), un escritor que ha perdido la inspiración y que está lleno de inseguridades y miedos. Fracasa en cada intento de empezar a escribir una novela nueva. Frustrado, desganado, deprimido... Don se pasa el día de bar en bar, de copa en copa, de botella en botella. El alcohol le da una falsa seguridad y alivio efímero, al mismo tiempo que lo destroza.

"No soy un menor y tenga tranquila su conciencia, esto me lo llevo para recargar mi mechero" le dice Don al dueño de una licorería. Según Don, las historias de amor son las más complicadas de escribir y su "historia" con el alcohol será la historia más complicada de escribir y de superar.

Don tiene el apoyo de su hermano y de su novia. Mientras que el primero empieza a hartarse de las mentiras de su hermano, la segunda nunca pierde la fe en él. Don es egoísta, un hipócrita que crítica la hipocresía de los demás. No es la primera vez que intenta dejar la bebida, y él sabe que es una causa perdida o al menos de difícil solución. Un fin de semana es suficiente para ver la rápida degeneración de Don y los efectos que el alcohol causa en él. Una bajada a los infiernos que parece no tener vuelta atrás.

'Días sin huella' se inspira en la novela de tienes autobiográficos de Charles R. Parker. Wilder encontró de casualidad la novela en un quiosco y tras leerla no tardó en recomendársela a Charles Brackett.

La película de Wilder tiene varias escenas que merecen ser destacadas, por ejemplo, las escenas de los delirios.
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La primera escena de delirio sucede mientras ve una ópera. Los actores, copa en mano, cantan y festejan y Don solo es capaz de ver su gabardina sobre el escenario. Dentro del bolsillo de la gabardina, lleva guardada una botella. La escena forma parte de un flashback narrado por el propio Don, por ese motivo la forma en la que decide contarlo resulta, al menos, curiosa. Un escritor escoge un escenario, un teatro concretamente y mediante la narración representa su problema ante un atento camarero (y espectador). 

El segundo delirio resulta más aterrador y significativo. Sentado en el sillón de su salón, Don ve como una rata asoma la cabeza desde un agujero de la pared. La rata está atrapada e indefensa. De repente, un murciélago aparece y ataca a la rata chupándole la sangre hasta terminar con ella. Mientras, Don, pese a estar aterrado no puede evitar ser espectador de esa simbólica escena. Él sería la rata atrapada e indefensa dejándose consumir o destruir por el alcohol (el murciélago).

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Don se encuentra sumergido en un círculo vicioso sin principio ni fin, del que no es capaz de escapar. Esa idea Wilder la representa mediante las marcas que dejan las copas en la barra del bar y a las que Don se refiere literalmente como "sus pequeños círculos viciosos". Una maravillosa elipsis temporal en la que las marcas de los vasos nos adelantan cuantas copas se ha tomado Don. 

Don es consciente de su problema con el alcohol y por eso no lo oculta. Wilder muestra el problema desde la primera escena usando un travelling que nos lleva desde los edificios de Nueva York hasta la ventana del piso de Don de la que cuelga una botella que está intentando ocultar a su hermano. El tema y problema es presentado de forma rápida y efectiva. El recurso del travelling se repite a la inversa al final de la película. El director, y el espectador entra en la vida de Don, para pasar "un fin de semana perdido" con él. Pasado el fin de semana, el espectador se marcha. 

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La terrorífica escena del hospital, la secuencia en la que Don desesperado intenta empeñar su máquina de escribir... Muchas son las escenas que merecen ser destacadas, al igual que la banda sonora de Miklós Rózsa, que ayuda a crear una buena atmósfera.

Parece que el destino no deja a Don separarse de su máquina de escribir, de su temor a hacer frente a su problema. Es el momento de empezar a escribir, sobre su vida, sobre su adicción, sobre su fin de semana. Un libro que le sirva de desahogo y con el que recuperar la dignidad perdida. 

Los vasos, las botellas y las sombras. Cada vez que Don entra en su casa el lugar parece más oscuro y está más desordenado. Hay escenas en las que el espectador se anticipa a Don y en las que sabe y recuerda mejor que el escritor dónde ha dejado éste guardada la botella de alcohol. Mediante un contrapicado Wilder anticipa e implica al espectador en la historia, dirigiendo la mirada a la lámpara en la que está escondida la botella.

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'Días sin huella' es una notable obra sobre la adicción, sobre la desesperación y sobre las inseguridades del individuo. Ray Millan realiza una magnífica interpretación. Su personaje está derrotado, solo piensa en el alcohol y descuida a aquellos que le ofrecen ayuda. Un personaje, como ya he comentado antes, egoísta y triste. 

El discurso final, impuesto hasta cierto punto por el código Hays, es esperanzador. Pero también ese cambio de actitud, aunque positivo, resulta repentino después del desolador viaje que hemos compartido junto a Don. Una decisión y apuesta por el cambio sí, pero sin llegar a desaparecer del todo la sombra de la recaída. 

Un drama sobre la adicción que dejó de lado al "borracho", para mostrar al alcohólico.

5 comentarios:

  1. Gran crítica para una gran película.
    Aqui te dejo mi blog,es nuevo y tiene poco contenido por ahora por si le quieres echar un vistazo.
    Gracias y un saludo!

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  2. Una de las mejores películas que trata el tema del alcoholismo, junto a "Días de vino y rosas". Una película que se sale un poco del estilo Billy Wilder, no contiene tanto cinismo como en otras, pero igualmente excelente. Le pondré atención a una página que se llama !Cómo lo haría Wilder!, realmente lo poco que he leído está muy bien. Te dejo mis pelis favoritas de nuestro director favorito
    http://www.filmaffinity.com/es/userlist.php?user_id=158238&list_id=1002

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  3. Una más de las obras maestras del gran maestro. Personalmente me encanta esta película pero siempre he pensado como tú, que el final es demasiado repentino y esperanzador para lo que nos muestra la cinta.

    Muy buena entrada, saludos

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  4. Me gustó mucho cuando la ví y quisiera tenerla ¿donde la puedo descargar?

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