A la hora de sumergirse en el cine de Michael Haneke el espectador debe estar preparado para el sufrimiento, ya que suele mostrar la parte más oscura, perversa quizás, del ser humano. En 'Amour', en cambio, el director muestra su lado más humano e incluso tierno. Me ha sorprendido.
Con 'Amour', Michael Haneke realiza una crónica sobre el amor, la vejez y la muerte logrando un resultado peculiar. La película resulta fría y cercana a la vez; te golpea y de vez en cuando te saca una sonrisa. Todo ello sin sentimentalismos de más y tomando como base lo cotidiano. 'Amour' muestra una historia muy real y cruda como la vida misma.
Georges (Jean-Louis Trintignant) y Anne (Emmanuelle Riva) son los protagonistas de ésta íntima historia de amor. Georges y Anne son dos profesores de música jubilados y que disfrutan de una tranquila y cómoda vida. Todo se tuerce el día en el que Anne sufre un infarto y la parte derecha de su cuerpo queda paralizada. Ante la negativa de ella de ingresar en un hospital o residencia, Georges se encarga de cuidarla, cumpliendo así el deseo de su mujer.
Anne se avergüenza de su estado, de no poder hacer nada. Georges hace todo lo posible por ser paciente y por animarla a seguir adelante, pero la desesperanza acaba haciendo mella en él. Y es que, ante un final escrito, no hay lugar para la esperanza. Sólo queda esperar.
Trintignant y Riva son el alma de la película. Cada vez que sus miradas se cruzan podemos sentir el amor que les une a ambos, el dolor, la impotencia, el miedo, el cariño, la comprensión, el cansancio... La pareja protagonista refleja un amor tan sencilla que es difícil no empatizar con ellos. Magnífico trabajo el de ambos.
La película de Michael Haneke está contada con una cautivadora tranquilidad y una aparente sencillez. No hace falta música para enfatizar las emociones de los personajes, ni hace falta exagerar las acciones para que resulten más dramáticas. En la película predominan los planos fijos largos y los planos secuencia. Esa decisión dota a la película de un ritmo pausado, en alguna ocasión algun momento me ha parecido un poco largo, pero no por ello pierde fuerza la historia.
'Amour' empieza con un plano secuencia que nos muestra el final de la historia. Una vez conocido ese, al igual que Georges y Anne, nos sentamos para dejarnos llevar por un emotivo "espectáculo".
En la primera mitad de la película, Anne define a su marido como un "monstruo amable", por ese motivo durante el metraje, tenemos la sensación de que en cualquier momento ese "monstruo" puede aparecer. Haneke en cambio, intenta ocultárnoslo.
'Amour' me ha parecido una historia tierna, al mismo tiempo que una experiencia desesperanzadora. No hay modo de evitar el paso del tiempo, por eso, la certeza de saber que el tiempo se acaba y que es algo que no podemos controlar se convierte en la parte más real y aterradora de la película.
El punto fuerte de la película se encuentra en la dirección y en la labor de los actores. De cara al contenido, en concreto con el tratamiento de la evolución de Anne, en ocasiones he tenido la sensación de estar viendo algo que había visto antes. Aún así, 'Amour' tiene algo especial. La eficaz mezcla de ternura y desesperanza, junto a otras de las razones que he nombrado antes hacen de 'Amour' una película notable. Quizás sea la película más accesible del director. Muy recomendable.
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