'WHIPLASH' (2014)
El tempo
*Contiene spoilers
Encontrarte con una película "pequeña", de esas que
con poco ofrece mucho, no tiene precio. 'Whiplash'
puede ser ejemplo de ello. Música, cine, tensión, emoción. Una historia que
te deja pegada/o a la butaca del cine, que tiene un clímax tremendo. Una inyección de adrenalina a ritmo de
batería.
Puede que siempre nos acordemos más de las imágenes de una
película, de su espectacularidad al comentarlas (que en este caso también son buenas); pero en esta ocasión el sonido,
las interpretaciones y el enérgico montaje son claves para que el visionado sea
toda una experiencia cinéfila. 'Whiplash'
es una película que desprende garra y fuerza, que asusta. Sus personajes no buscan la
perfección, la ansían. La sangre, el sudor y las lágrimas; el sacrificio y el
esfuerzo que obliga a superar cualquier expectativa. Pasión y obsesión por la
música. El logro individual y la realización personal. Un polémico camino para
lograr el éxito (¿y para sentenciar una vida?).
Andrew Neiman (Miles Teller) es un
joven batería de jazz. Por encima de todo desea ser una figura de éxito en ese
complicado género. Pese a que su familia no apruebe demasiado su elección,
Andrew tiene las ideas claras: "Prefiero
morir borracho sabiendo que habrá gente hablando de mi en una mesa, que vivir
hasta los noventa sobrio sin que sepan quién fui". El primer paso
hacia ese éxito lo da cuando Terence Fletcher (J.K. Simmons) le escoge
para formar parte de su banda. Un profesor con unos métodos de enseñanza bastante
agresivos.
El alumno, el profesor y la batería son los pilares sobre los
que se apoya este drama. El camino hacia el éxito está lejos de ser fácil. Pese
a formar parte de una banda, sus miembros parecen no compartir objetivos
comunes. Ninguno tiene su puesto asegurado, por ese motivo, hay mucha rivalidad
entre ellos. No tienen permitido fallar, y si cometen algún error, por muy
pequeño que sea, serán sustituidos de inmediato. No hay compañeros, hay rivales,
competencia. La banda está formada por músicos que se comportan como soldados,
y por un director que actúa como un sargento. Si hay algo que desquicia a
Fletcher, es que sus alumnos no sigan el tempo que él está marcando. Cada
ensayo es una batalla que ganar. Una pesadilla que soportar.
Hay una anécdota recurrente en la película sobre el
saxofonista Charlie Parker. A Parker le lanzaron un plato durante una mala
actuación; pero en lugar de rendirse siguió practicando para llegar a lo más
alto. Si a Parker le lanzaron un plato, será Fletcher quién le lance una silla
a Andrew. El batería siempre estará obligado a superarse a no conformarse con
un "buen trabajo". Andrew está dispuesto a sangrar con cada golpe; lo sabe, y lo acepta.
Andrew es un chico solitario, introvertido. Un joven que recibe
golpes, tanto por parte de Fletcher, como por parte de su familia; y que
aprende a devolverlos. La música le consume, pero al mismo tiempo le hace
sentirse vivo, realizado. Las escenas en las que Teller toca la batería son un
auténtico espectáculo. Una interpretación llena de furia y rabia.
Andrew no se rebaja ni relaja ante Fletcher, ni ante sus poco
ortodoxos métodos. Se exige mucho a sí mismo. Se obsesiona. Son dos personajes enfermizos. Fletcher ama el jazz, pero su
perfeccionismo se convierte en algo insano. Fletcher es un profesor que muestra
dos caras, una más cercana, amable (por ejemplo en la escena del bar) y falsa; y otra
más vengativa y obsesiva. Eso sí, siempre mantiene una postura amenazadora y
siempre mirando por sus propios intereses. Dos personajes que pueden comprender
la forma de actuar del otro, capaces de mirarse a los ojos. Se retan constantemente.
Un intenso duelo. Extremistas ambos.
La historia, dirigida por Damien Chazelle, parece sencilla pero esconde más de lo que parece.
Los giros dramáticos (aunque algunos sean algo tópicos), sirven para meternos
en la historia un poco más; y para poner imagen a otras historias que nos han
ido contando. Esos giros resultan efectivos, y van calentando y preparando el
"apoteósico" final. Desde el comienzo de la película el sonido de la
batería marca el ritmo a oscuras. Música y ritmo de montaje van casi de la mano
en esta ocasión.
Volviendo al concepto del tempo,
Andrew será quien marque el tempo de su vida. Tanto en el aspecto sentimental
como en el profesional. En su relación con Nicole (Melissa Benoist), él es
quien da el primer paso, el que corta la relación, el que intenta recuperarla.
Curiosamente, se acuerda de ella siempre que ha logrado algo en el ámbito
profesional (entrar en la banda, por ejemplo). Una caricia de ella o una
muestra de afecto parecen no tener el mismo efecto sobre Andrew que el que la
sensación que le genera tocar la batería.
Primeros planos, planos detalle, ritmo, música, percusión,
miradas... todo ello unido en un magnífico trabajo de montaje, en el que el
director suelta toda la artillería al final. La película te agarra y no te
suelta. Las imágenes, las interpretaciones, transmiten mucha energía. Fletcher
ha encontrado a su Charlie Parker, su mirada muestra admiración y odio al mismo
tiempo (también satisfacción). Ha creado a un monstruo. Ahora es Andrew quién marca el tempo, quién escoge 'Caravan'. Quién demuestra con
creces su valía. El que tras la humillación, golpea más fuerte. Un duelo sin
palabras, en la que las miradas lo dicen todo, en la que la y el batería son
protagonistas.
'Whiplash' es algo más que un
"buen trabajo", es una película notable, intensa, entretenida, llena
de fuerza y de rabia; con personajes que actuan de forma extrema, obsesivos. Una grata sorpresa que cumple en muchos aspectos. Una película sobre los límites de cada uno,
sobre los objetivos que quieren lograr y los sacrificios que deciden hacer para
lograrlos. También sobre el mundo de la música y lo complicado que es hacerse
un hueco en él, llegar a ser alguien. Una
lucha individual en la que no hay héroes. Un final que tras dejarlo reposar, te deja pensando sobre lo visto. Muy recomendable.
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