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'KINGSMAN: SERVICIO
SECRETO' (2015)
Contenido relacionado: 'X-Men: Primera generación' (2011)
Comedia, humor negro, violencia,
escenas de acción espectaculares, un carismático dúo protagonista... esos son
algunos de los ingredientes que nos ofrece la película 'Kingsman: Servicio secreto'. Como ya hiciese con 'Kick Ass' (2010), el británico MatthewVaughn vuelve a adaptar un cómic de Mark Millar. El director entonces llamó la
atención del espectador con las aventuras de ese "especial"
superhéroe y sus acompañantes roba-planos. Vaughn también fue el encargado de
resucitar la saga X-Men, con la destacable 'X-Men:Primera generación' (2011). En ésta ocasión no hay superhéroes, en su lugar
tenemos espías, o concretando algo más, (elegantes) espías británicos. Con la
inevitable figura de James Bond en mente, 'Kingsman:
Servicio secreto' consigue separarse del conocido Agente 007. Su tono se
acerca más a la comedia, busca el gag cómico y las réplicas ingeniosas, tiene
más "mala leche". Sin llegar a deslumbrar y pese a sus altibajos, 'Kingsman: Servicio secreto' me ha
parecido un buen y estiloso entretenimiento.
Los Kingsman forman parte de una exclusivo servicio secreto. Debido a
la muerte de Lancelot, uno de sus agentes, tendrán que encontrar un joven que
le sustituya. Cada espía deberá encontrar a un aspirante y entrenarlo y
"educarlo" para que sea el elegido; una competición entre agentes y
unos jóvenes aspirantes que deberán superar un duro entrenamiento. Solo uno
será el escogido para formar parte de esa especie de mesa redonda del caballero
Arturo, para ser el nuevo Lancelot. El candidato de Harry Hart/Galahat (ColinFirth) es Gary 'Eggsy' (Taron Egerton); un chico de barrio, opuesto a él en
cuanto a formas y carácter. Siguiendo la referencia que hacen en la película: Eggsy
será la Eliza Dollittle de Galahat.
La película entremezcla dos
acciones principales: una de ellas es el duro entrenamiento que los aspirantes
realizan bajo la tutela de Merlin (Mark Strong, que repite con Vaughn); y la
otra la misión que tienen que los Kingsman
tienen que llevar a cabo: detener los planes de Valentine (Samuel L.
Jackson) para asegurar la supervivencia del ser humano. Valentine es un villano
extravagante, al que la sangre le produce náuseas, y que tiene una no menos
carismática ayudante. Valentine defiende la teoría de que el calentamiento
global es un mecanismo que usa la Tierra para acabar con el virus que le
enferma, es decir, el ser humano. Cree en la ley del más fuerte, y tiene todo
preparado para generar un auténtico caos. Nadie está a salvo.
Pienso que el punto más flojo de
la película es el lento avance de su trama. Eso sí, desarrollo aparte, sus
escenas de acción son espectaculares, originales, rápidas. La más destacables
quizás sean la escena de la iglesia y el clímax de la película. Una de ellas
protagonizada por el maestro, y la otra por el alumno. La escena de la iglesia
me ha pillado desprevenida, y es una auténtica locura llena de fuerza,
protagonizada por un Colin Firth inmenso. Al hilo de eso, se agradece ver a
Firth en un registro distinto al habitual. A su altura está Taron Egerton, un
carismático nuevo rostro.
La película es exagerada, como lo
era también 'Kick Ass', ese es su
juego, su planteamiento y parece ser consciente de ello. Tiene efectivas dosis
de humor negro, y pese a que el ritmo tenga altibajos (resultando lenta en
algunos momentos), también tiene escenas memorables. 'Kingsman: Servicio secreto' coge los tópicos de las películas de
espías, y haciendo meta-referencias en los momentos más apropiados, les da la
vuelta y logra dotarlos de un tono de casi de parodia. 'Kingsman: Servicio secreto' es una buena historia de alumno y
mentor, que consigue un elegante resultado y que tiene una efectiva estructura
cíclica o circular. Reúne ingredientes suficientes para pasar un buen rato.
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