Hoy en día se realizan muchas superproducciones, algunas sin sustancia y otras a tener en cuenta. Aún así, puede que no haya ninguna tan grande como lo fue en su día "Lo que el viento se llevó". Una película convertida en leyenda del cine, que revisándola hoy en día sigue manteniendo frescura. Difícil de igualar. La película grabada en 1939 (un muy buen año cinematográfico) y en un impresionante tecnicolor estuvo rodeada de polémica y todo Hollywood estaba pendiente de su rodaje. A partir de el estreno de "Lo que el viento se llevó" descendieron las producciones de cine en blanco y negro.
Basada en la novela homónima de Margarett Mitchell, todas las actrices querían convertirse en Scarlett O'Hara y encontrar a su Rhett Butler. El productor David O. Selznick tardó unos dos años en encontrar a la actriz que reuniera todas las cualidades que él buscaba, quería a la perfecta Scarlett ya que estaba segurísimo de que su película iba a convertirse en un clásico. Al casting se presentaron grandes actrices como Barbara Stanwyck, Joan Crawford o Katherine Hepburn. Pero el papel recalaría en una joven británica, Vivien Leigh. Decisión que al parecer no gustó mucho a los americanos, pero que resulto ser perfecta.
La película tuvo varios cambios de director, entre ellos estuvieron George Cukor y Victor Fleming. Este último es el que aparece como director en los créditos. Se puede decir que más que de director es una película de productor (como la mayoría entonces), David O. Selznick fue el verdadero artífice de la monumental película. O. Selznick, para bien o para mal, manejaba todos los hilos de la producción. Es una de las películas más taquilleras de la historia del cine, tiene una duración cercana a las 4 horas y fue la película más cara rodada hasta entonces.
Tiene muchas escenas míticas, muchas frases para el recuerdo, y un final redondo. Me gusta el carácter chulesco de Rhett Butler frente a la vida y la evolución de su personaje de cara a convertirse en alguien más humano, y me gusta el final agridulce de la película. Aunque Rhett y Scarlett hayan terminado para siempre con un casi censurado "Frankly my dear, I don't give a damn", Scarlett responde optimista con un "After all, tomorrow is another day"
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